Desde las Edades Geológicas a un Antropoceno político. Una sinergia de revoluciones entre Oriente y Occidente.
From Geological Ages to a political Anthropocene. Revolutionary synergy between East and West.
Dedicado a los pueblos que luchan por su independencia como Ucrania y Palestina.
Por Eduardo R. Saguier. Museo Roca-CONICET.
13a versión. Octubre de 2024. Trabajo en curso (Work in progress)
Versión mejorada de un artículo de mi autoría y de igual título publicado en la Revista Macrohistoria, n.4, Julio de 2023.
Índice
I.- Introducción
II.- La sinergia en la historia y la prehistoria
II-a.- Sinergia cíclica
II-b.- Sinergia sucesoria
II-c.- Sinergia pendular
III.- La construcción del relato histórico
III-a.- La partición geográfica de la historia
III-b.- La periodización política de la historia
IV.- Las fuerzas motoras que ayudan a periodizar la historia
IV-a.- La historiografía de la sinergia que revolucionó la historia
IV-b.- La revolución política como sinergia de revoluciones
IV-c.- El péndulo de civilización y barbarie
V.- Interpretaciones de la historia y la prehistoria
V-a.- Interpretación dialógica
V-b.- Interpretación dialéctica
V-c.- Interpretación evolutiva
V-d.- Interpretación retrospectiva
VI.- Del paleozoico al holoceno
VI-a.- De las edades geológicas a la antigüedad
VII.- De la antigüedad a la medievalidad
VII-a.- De la antigüedad clásica a la medievalidad
VII-b.- De la medievalidad al posicionamiento del Islam
VIII.- De la medievalidad a la modernidad
VIII-a.- Del renacimiento al absolutismo jesuítico-barroco
VIII-b. Del absolutismo jesuítico-barroco al bonapartismo
VIII-c. Del bonapartismo al colonialismo moderno
IX.- De la modernidad a un antropoceno político
IX-a. Del colonialismo moderno al totalitarismo nazi
IX-b. Del totalitarismo a la guerra fría
IX-c. De la guerra fría a nuevos genocidios
X.- Conclusiones
Bibliografía
Nuevo título
Procesos y sistemas en las edades del mundo. De la Guerra de Troya a la Invasión Rusa de Ucrania.*
Processes and systems in the ages of the world. From the Troy War to the Russian Invasion of Ukraine.
En homenaje al pueblo de Ucrania.
Por Eduardo R. Saguier. Museo Roca-CONICET.
7ª versión. Septiembre de 2022.
Índice
I.- Introducción
II.- La temporalidad de la historia y su diseño
II-a. Fragmentar el universo histórico
II-b. Conectar las edades históricas
II-c. Teorizar para conectar el pasado (Habermas)
II-d. Narrar “cepillando la historia a contrapelo”
III.- Las edades y ciclos en cadena retrospectiva
III-a.- La contemporaneidad y las supervivencias míticas
III-a-1. El Globalismo y la guerra contra Ucrania
III-a-2. El Fascismo y la inauguración del terror
III-a-3. El Positivismo y la partición de África y Asia
III-a-4. El Romanticismo y el estado-nación
III-b.- La modernidad y la supervivencia religiosa
III-b-1. El Despotismo Ilustrado y la civilización
III-b-2. El Absolutismo barroco y el protestantismo
III-b-3. El Renacimiento y la partición de América
III-c.- La antigüedad y la supervivencia axial
III-c-1. La partición de Roma y la huella bizantina
III-c-2. La Antigüedad clásica y la “Noble Mentira”
III-c-3. La Crisis greco-romana y el demos
III-c-4. La Antigüedad axial y el monoteísmo
III-d.- La primitividad y la supervivencia animista
III-d-1. La Revolución metalúrgica y la grafía
III-d-2. La Revolución urbana y la aldea
III-d-3. La Revolución neolítica y el animismo
III-d-4. La Revolución paleolítica y el fuego
IV.- Síntesis final
Conferencia de Eduardo Saguier en la Asociación de Comerciantes de San Justo (Matanza, Buenos Aires) sobre la Historia de la Humanidad.
Marzo 2022.
Del Antisemitismo Alemán al Genocidio Europeo.
La fetichización del mito como huevo de serpiente.*
From German Antisemitism to European Genocide. The myth´s fetishization as serpent´s egg.
Por Eduardo R. Saguier.
Museo Roca-CONICET
14ª versión. Cuarentena de Julio de 2021.
Índice
Introducción historiográfica
I.- Mito, religión y ciencia
II.- Lenguaje, teología e historia
III.- Los fracasos del antiguo régimen liberal-positivista
IV.- La multiplicación de las formas simbólicas
V.- La desintegración de la esfera cultural
VI.- Antisemitismo y anticomunismo en el legionarismo y el putsch
VII.- El führer y las cosmovisiones científicas y religiosas
VIII.- El Reich y el sonderweg contra la desunión política
IX.- Del carisma y la ficción de legalidad al totalitarismo
X.- Del lebensraum y la geopolítica al espacio genocida
XI.- Del anexionismo territorial a los gobiernos títeres
XII.- Del pogrom y el ghetto a la deportación y el exterminio
XIII.- Derivaciones políticas en otras regiones del mundo
XIV.- Conclusión
La particularidad de este estudio es abordar el caso de Alemania durante la Entreguerra desde una perspectiva histórica mundial. Para ello estudiamos como se incuba el huevo de la serpiente en los mitos, el lenguaje, la religión y la historia. El impacto del mismo sobre las esferas culturales (sus tradiciones históricas), y sobre el liderazgo político. El caos generado en el orden político mediante el paramilitarismo y el putschismo, y en el orden simbólico a través del sectarismo, del racismo y del terror de estado, afectando el sincretismo y atentando contra la propia vida humana. La volksgemeinschaft desarrollada por Hitler fue indagada a través de varias polémicas, así como la formación de sus mitos históricos, étnicos y carismáticos. Por último, analizamos las derivaciones en la periferia del mundo, en especial en América Latina.
Entrevista desde Chile de la cátedra del Profesor Pablo Lacoste a Eduardo R. Saguier, sobre la geopolítica y el genocidio en la Alemania Nazi.
Escribo para dar cuenta del evento especial que se ha realizado ayer, en el marco del curso “Chile y sus vecinos: Argentina, Bolivia y Perú”.
En el marco de la política de internacionalización de este programa de Magister, fue invitado a participar como expositor externo el doctor Eduardo R. Saguier (Museo Roca-CONICET-Argentina).
El doctor Saguier entregó algunos textos y se consultó con los alumnos para ver cual de ellos sería más interesante para debatir en clase. Finalmente, los alumnos seleccionaron uno de los trabajos escritos por el doctor Saguier, lo leyeron, y se produjo la reunión especial.
Este encuentro se concretó ayer, 11 de mayo de 2021, con la participación de los tres alumnos de este curso: Luis Aponte, José Carrera y Simón Herrera
Esta reunión se caracterizó por su intensidad y alto nivel. Los tres alumnos demostraron su interés y su responsabilidad, al leer en profundidad el texto señalado. Se generó un intenso debate, sumamente estimulante y enjundioso.
Adjunto el registro de la clase efectuado a través de la plataforma zoom.
Cordialmente
Dr. Pablo Lacoste
Profesor del curso
La mediación simbólica en la fragmentada historia mundial. De la antigüedad a una segunda axialidad.* (obra en curso)
Symbolic mediation in the fragmented world history. From ancient history to a second axiality. (work in progress).
Por Eduardo R. Saguier, en homenaje a la memoria de Ignacio Lewkowicz y Cristina Corea.
63ª versión. Cuarentena de Mayo de 2021.
Índice
Prólogo
I.- Las formas simbólicas en las revoluciones, contra-revoluciones y reformismos
I-a.- Controversias filosófico-políticas y sus rupturas y encadenamientos
I-b.- Métodos comparativos, y clave decodificadora de los giros históricos
II.- Revoluciones antiguas, del monarquismo deificado a la revolución axial
II-a.- La antigüedad y la inconclusa unificación de una “monarquía universal”
II-b.- Incomunicación cultural pre-colombina e imperios fallidos
III.- Giro renacentista, de la revolución axial a la monarquía universal moderna
III-a.- Caza y recolección en la periferia americana y el rol de los náufragos
III-b.- Multilinguismo e intérpretes de lenguas indígenas e ibéricas
III-c.- Utopismo renacentista en cronistas y poetas de Indias
IV.- Reformismo absolutista, anti-utopismo y revolución científica
IV-a.- Utopismo barroco y mesianismos indígenas ancestrales
IV-b.- Resistencia al reformismo protestante y pasquinismo jesuítico
V.- Revolución cultural iluminista, de la monarquía universal a la balanza de poder
V-a.- Antropología de la recolonización Borbónica y absolutismo ilustrado
V-b.- Economía del mercado interno colonial y mercantilismo monopolista
V-c.- Utopismo liberal y simbólico, y mitologismo sagrado, étnico y profano
VI.- Reformismo romántico, contra-ilustración y vía especial hacia la nación-imperial
VI-a.- Formación de una conciencia nacional y periodismo doctrinario
VI-b.- Indígenización del pasado y origen de las nacionalidades
VII.- Reformismo positivista e historicista, de la balanza de poder a la paz armada
VII-a.- Bonapartismo imperial y regimenes plebiscitarios (1870)
VII-b.- Militarización de paz armada y pretorianismo gendarme (1884)
VII-c.- Aristocratización y fraude crónico (gamonalismo, caciquismo, coronelismo)
VIII.- Contra-revolución relativista, de la paz armada (Kaiser) al genocidio nazi (Hitler)
VIII- a. Utopismo relativista y mitificación profana del arielismo (1900)
VIII- b. Reformismo anti-calibánico y combate al ultra-montanismo (1918)
VIII- c. Metamorfismos del imaginario y cambios histórico-semánticos
IX.- Reformismo funcional-bonapartista, del genocidio a la “guerra fría”
IX-a.- Bonapartismo putschista, anti-comunista y anti-imperialista
IX-b.- Calibanismo socialista, clandestinidad y lucha armada
IX-c.- Implosión del Socialismo Real y restauración republicana
X.- Revolución posmoderna, de la “guerra fría” a una Segunda axialidad
X-a.- Utopismo digital y mediocridad epistémica en la ciencia globalizada
X-b.- Performance de la esterilidad académica y el “efecto papaya”
X-c.- Inteligencia facciosa e incestuosidad de una docencia endogámica
XI.- Conclusión ¿Cómo discutir la transformación política y sus modalidades históricas?
Apéndice-A.- Recepción posmoderna del giro espacial
A-1.- Reconstrucciones catastrales y apertura de “cajas de pandora”
XII.- Bibliografía
REFLEXIÓN CRÍTICA SOBRE EL ESCRITO Revoluciones, contra-revoluciones y reformismos en la historia mundial. De la antigüedad clásica al posmodernismo.
Estimado Eduardo:
Después de leer su trabajo, me atrevo a hacerle algunas observaciones que posiblemente le parezcan poco aceptables dentro de la perspectiva en que Vd. se mueve. No me considero especialista en todos los campos que su investigación aborda. Pero durante los últimos veinte años, en mi docencia y en mis publicaciones, he prestado bastante atención a los temas de lo que Vd. y otros muchos llaman Latinoamérica.
En primer lugar me sorprende la primera parte del título de su investigación («El retraso cultural explica el fatalismo latinoamericano»), que ya indica una determinada manera de enfocar el tema. Me pregunto si es justo hablar de retraso cultural respecto a toda Latinoamérica y si se puede aplicar una concepción fatalista a toda Latinoamérica o a alguno de los países que la integran.
La segunda parte del título («La crónica y frustrada asimilación de la modernidad Europea») me produce una cierta perplejidad. Habría que determinar bien qué se entiende por «modernidad europea». Y la cuestión me parece muy compleja. Y, en mi opinión, no todo en la modernidad europea (la que se extiende desde el Renacimiento hasta el siglo XXI) merece ser asimilado. Por otra parte Vd. mismo, a lo largo del trabajo, reconoce esa complejidad al reflexionar sobre los distintos tipos de modernidad europea y sus intentos de asimilación en Latinoamérica.
Su objetivo es muy ambicioso: «bosquejar una interpretación global para toda América Latina y para toda su historia y prehistoria hasta la misma actualidad». Intenta abarcar toda Iberoamérica en el tiempo y en el espacio con todas sus dimensiones históricas: tradiciones míticas y religiosas, ciencia, filosofía, literatura, etc. Lo que exigiría una investigación multidisciplinar, muy difícil o imposible de alcanzar por una sola persona. Es meritorio su esfuerzo de lograr una interpretación global del mundo latinoamericano. Pero no acabo de convencerme de que sea posible alcanzar tal objetivo, sin reduccionismos, por la enorme diversidad que ese mundo encierra. Dudo de que sea posible dar una interpretación global de toda Latinoamérica, como si fuese un todo unitario.
Parece que Vd. admira la asimilación de la modernidad realizada en Estados Unidos (USA) y se lamenta de que en Latinoamérica no se haya logrado el mismo nivel de asimilación. A la hora de realizar estas valoraciones, ¿no habría que tener en cuenta la presencia abundante de la población indígena y mestiza en Iberoamérica, mientras que en USA la población india ha sido concentrada en unas pocas reservas bien delimitadas? Basta comparar a USA con México.
Hay un apartado en que alude a los jesuitas y no considera los efectos nefastos que tuvo su expulsión, desde un punto de vista cultural (sobre todo, de la asimilación de la modernidad científica), en el mundo iberoamericano. Precisamente en los colegios y universidades de los jesuitas se estaba abriendo camino la ciencia moderna, producto de lo que se suele llamar Revolución Científica, de modo semejante a lo que ocurrió en el norte con los colegios de Harvard (1636) y de Yale (1701). A fin de respetar la realidad histórica, vendría bien investigar cómo los centros jesuitas de enseñanza superior fueron focos importantes de promoción de la cultura, incluso de la cultura científica, en toda la América de lengua española y portuguesa, y de una concepción anti-absolutista del poder político.
En cuanto al nombre «Latinoamérica», me parece demasiado impreciso. Es como si, para referirnos a los hombres, los llamáramos simplemente «animales». Esta denominación se presta a malentendidos. Con ese nombre no se tiene en cuenta la especificidad de las distintas latinidades: portuguesa, española, italiana, francesa, rumana, etc. Por esto prefiero el término Iberoamérica, para referirse a los países de lengua española y portuguesa.
En la primera mitad del siglo XVI ya había imprentas funcionando en América, por ejemplo, en México, capital del virreinato de Nueva España. Y a mediados del siglo XVI son fundadas las universidades de México y Lima, según el modelo de Salamanca, que fue una de las universidades europeas más prestigiosas y florecientes durante los siglos XVI y XVII. Conviene recordar que la docencia universitaria no comenzó en la América de tradición británica hasta mediados del siglo XVII y comienzos del XVIII con la fundación de los colegios de Harvard (1636) y Yale (1701). Las universidades se desarrollaron en varios lugares de Iberoamérica antes de que se produjera en Europa lo que se llama «Revolución científica», cuyos principales protagonistas habrían sido Descartes (1596-1650), Galileo (1564-1642), Kepler (1571-1594), Newton (1643-1727) y Leibniz (1646-1716).
Me extraña que aluda a muchos archivos y fuentes, pero ni siquiera mencione, al menos explícitamente, el Archivo de Indias de Sevilla, donde hay millones de documentos, en gran parte digilitalizados, donde se refleja con detalle la relación de España con América desde 1492 hasta el momento de las independencias, en el siglo XIX.
Por mi parte he investigado algunos aspectos puntuales y he promovido o inspirado el encuentro de investigadores americanos y europeos en los siete simposios internacionales del Instituto de Pensamiento Iberoamericano, que han dado lugar a siete volúmenes publicados en Ediciones de la Universidad Pontificia de Salamanca, celebrados en Salamanca del año 2002 al 2018, y en otras jornadas más restringidas o especializadas. El volumen correspondiente al VI Simposio Internacional del Instituto de Pensamiento Iberoamericano, celebrado en 2012 se titula El Barroco Iberoamericano y la Modernidad (Ediciones de la Universidad Pontificia de Salamanca, 2013), recoge las ponencias de varios investigadores sobre las relaciones de Iberoamérica con la modernidad y consta de dos partes: I) Modernidad del Barroco Iberoamericano; y II) El Barroco Iberoamericano y la Modernidad Europea. En archivos adjuntos le envío el original de tres breves trabajos míos que tocan los temas de la religión y de la ciencia en Iberoamérica, en que manifiesto mi manera de enfocar algunos temas, que creo que difiere de la suya.
Agradecido por su atención, reciba un cordial saludo
Ildefonso Murillo
Ha sido fundador y director de la revista «Diálogo Filosófico» (1985-2003). Ha traducido textos de varios autores y entre sus publicaciones figuran: El sentido de la ciencia en Leibniz, Madrid, 1983; Leibniz 1646-1716, Madrid, 1994; Ciencia, persona y fe cristiana, Madrid / Medellín (Colombia), 2009; (Ed.) El barroco Iberoamericano y la Modernidad, Salamanca, 2013; (Ed.) Pensar y conocer a Dios en el siglo XXI, Colmenar Viejo (Madrid), 2016.
Estimado Eduardo
Junto con saludarte, me disculpo por la tardanza en la revisión de tu texto. La verdad el trabajo no me permitía, pero ahora si tuve un tiempo y lo revisé.
Me parece muy interesante tu trabajo, que demuestra acabado estudio de muchos pensadores, llevado a cabo durante un largo tiempo. No soy experto en la historia de las ideas, pero si creo tener amplios conocimientos historiográficos, por eso me permito presentarte distintas observaciones a tu texto.
Mencionas que Rosas y Rodríguez de Francia en Paraguay eran cesaropapistas lo cual es errado. El cesaropapismo se acuñó con respecto a los bizantinos, porque ahí el Emperador controlaba a la Iglesia, mientras en el catolicismo siempre el poder lo tiene el Papa.
También el término bonapartismo que haces con referencia a Napoleón III, Bismarck y Porfirio Díaz. Por supuesto, en el primero se puede ocupar el concepto, aunque más precisamente en su primera época (de hecho, ahí Marx lo acuñó). Pero ni Bismarck, ni Porfirio Díaz eran bonapartistas, en el sentido clásico de Marx. El bonapartismo implica el uso de los desclasados como elementos de choque político, algo que ni Bismarck ni Díaz hicieron.
En la misma línea comparas el intervencionismo norteamericano de fines del siglo XIX y principios del XX con la recolonización borbónica lo que tampoco es correcto, desde mi punto de vista. Lo principal estamos hablando de dos épocas distintas: lo primero se hizo en el marco del capitalismo y lo segundo en el mercantilismo. Los norteamericanos no crearon una estructura burocrática como los Borbones en América; de hecho en muchos casos ni siquiera se molestaron en gobernar directamente.
También ahí hablas de la Tercera Revolución Industrial cuando esa fue la segunda; y ahí otro elemento fundamental que no nombraste es el petróleo (la tercera es la actual aunque es más correcto hablar de Era de la Información). Sostener que la Revolución industrial trajo un retraso cultural es muy relativo. Se puede argüir que se atacaron culturas ancestrales como la turca, iraní y china, pero en todo el mundo aumentó la alfabetismo y la escolaridad; además que nació el cine. Por lo mismo, establecer una relación casi directa entre la segunda revolución industrial y el genocidio armenio me parece que es un grueso error. El genocidio armenio no respondió a cuestiones económicas sino al revanchismo del nacionalismo turco, que desconfiaba de los armenios, sumado a la derrota de la ofensiva turca frente a Rusia, y la propia declaración de Enver Pasha, culpando a los armenios.
La lectura que haces de la restauración monarquica en México es errado. Existe un consenso historiográfico en que Maximiliano era más liberal que Juárez y fue respaldado por sectores que no estaban en su línea y al final lo dejaron casi solo.
Igualmente, dices que la guerra del Chaco fue producto del armamentismo sudamericano, lo que no es del todo preciso, porque los países que estaban más abocados a esto eran Argentina, Brasil, Chile y en menor medida Perú. Bolivia y Paraguay no estaban en eso.
Pese a que no lo mencionas cuando hablas de pretorianismo da a entender que los militares tenían un poder incontrarrestable en las grandes potencias, lo que no era así. Las únicas excepciones eran Alemania y Japón, aunque este último cumplió un papel bastante secundario en el conflicto. Aunque es algo que se debate mucho, la principal causa de la Primera Guerra Mundial fue la competencia entre potencias capitalistas.
Espero que mis observaciones te sirvan.
Saludos,
Felipe Nesbet Montecinos
Universidad Austral de Chile
Autor de Izquierda militar iberoamericana: historia, tradición y características. 2015.
Estimado amigo,
Recibí los correos usted me envió hace unos días, a mi correo personal y a través de la profesora San Pedro. Créame que ha sido una grata sorpresa leerlo y descubrir sus intereses en la historia mundial, así como en la historia antigua y las dimensiones teórico-metodológicas de la disciplina. Percibo en su carta una actitud crítica ante las formas de hacer historia y un interés genuino en la transgresión de los cánones científicos, valores que son para mí altamente importantes y positivos. El título de su investigación, sobre la repetición en la historia, es un tema que ha preocupado a muchos, desde hace siglos. Y usted bien sabe que, al cuestionarnos si hay fenómenos que se repiten históricamente, las respuestas varían en una u otra época, en un pensador u otro, pero la pregunta sigue manteniendo toda su carga. En este sentido, usted avanza en un terreno complejo, cuya riqueza intelectual es un desafío, al igual que una grata compañía. Esto es lo que hace que, en ciertas ocasiones, la travesía sea tan importante como el puerto al cual se quiere llegar.
No obstante, creo que mi nombre en el título es un honor inmerecido. Los resultados de mis investigaciones son originales, pero modestos. Me sorprende que mi ensayo sobre Heródoto pueda contribuir a la investigación que usted ha hecho. Usted me distingue, y se lo agradezco profundamente, pero no creo que pueda aportarle gran cosa. Menos en las condiciones en las que me encuentro: estoy rebasado por las clases en línea, exhausto por el trabajo que hemos hecho durante meses y con un sin fin de tareas pendientes. No puedo comprometerme a más trabajo, pues mi salud es, ahora mismo, precaria. Sólo me resta agradecerle la lectura de mi ensayo y la alta consideración que me ha hecho. Le deseo la mejor de las suertes con su investigación, deseando que encuentre un gran público lector.
Le envío un saludo afectuoso, en testimonio de amistad.
Muy cordialmente,
Carlos Alberto Ríos Gordillo
Autor de LAS FORMAS DE LA COMPARACIÓN: MARC BLOCH Y LAS CIENCIAS HUMANAS
Estimado Eduardo,
el continuado esfuerzo me maravilla. Un proyecto, sin duda, muy ambicioso.
De los cerca de 25 millones de personas “extraídas” del Africa entre los siglos 15 al 18, aproximadamente la mitad fue al Asia, y la otra mitad a ‘las Américas’ sustancialmente al Brasil y a los Estados Unidos de Norteamérica. Una tragedia humanitaria de dimensiones casi inconcebibles. Tanto es asi, que desde una perspectiva africana no se habla de un “modo de producción” (en el sentido marxista de una progresión desde las comunidades ‘primitivas” hacia el capitalismo), sino de un “modo de destrucción”, tanto en términos económicos, como en términos de la simple existencia ‘humana’ de sus actores.
En cortas palabras, si estamos tratando de concebir un proyecto tan engloblante como lo que propones, sería menester consultar a colegas que hayan trabajado el tema de la esclavitud en Asia (y, también en Europa)., temas de los cuales yo sé poco o nada, pero sobre los cuales me gustaría saber más.
Tú, que estás al mando de este interesante proyecto, tendrías algunas recomendaciones? Cómo compaginar esfuerzos en función de las ideas que propones….
Saludos desde las montañas californianas,
Christine Hünefeldt Frode
Autora de “Creando nuevos espacios entre América y Europa: Actores y comunicaciones científicos”
Estimado Eduardo,
Te felicito por tu constante dedicación a la reflexión histórica, hoy abandonada por el retorno al positivismo historiográfico, y la mentalidad positivista en todas sus formas. Leeré el trabajo con sumo interés y atención, y ciertamente lo difundire. Muchas gracias por su confianza y delicadeza de compartirlo.
Saludos cordiales
Rodrigo Ahumada Durán
autor de La idea de la historia en Henri Marrou. Historiografía y epistemología
Berlín, Editorial Académica Española, 2016
Estimado Eduardo,
Impresionante texto. Felicitaciones. Mil gracias por habérmelo hecho llegar. Saludos.
Javier Corrales
Autor conjuntamente con Michael Penfold de Dragon in the Tropics: Hugo Chavez and the Political Economy of Revolution in Venezuela
Estimado Eduardo
Muy interesante su proyecto y desde ya que me ha lubricado las neuronas. Pena no tener a David Viñas entre nosotros! El era un gran lector de la historia mundial y tenía una memoria fotográfica de eventos que lo ayudaba a escribir con una perspectiva global.
Cómo propone realizar esta aproximación histórica? Soy toda oídos!
Mientras tanto lo circularé entre aquellos que considero puedan estar interesados.
Pertenezco a una revista de comunicación de la India, que en este momento está buscando artículos sobre el COVID. Vi que estaba entre sus temas y me pregunto si le interesaría que lo ponga en contacto con ellos. Tendría que ser en inglés, pero con un doctorado en Washington me imagino que no sería un problema.
Quedo a la espera de su respuesta y le envío mis atentos saludos trans-pacíficos!
Estela Valverde
Hon. A/Professor Estela Valverde
Department of Spanish and Latin American Studies
The University of Sydney
https://sydney.academia.edu/EstelaValverde
Estimado Eduardo
Gracias por tomar en cuenta ese trabajo de la década militar en Venezuela (1952-1958)
El perezjimenismo puede ser ubicado en los corporativismos despóticos de América Latina, la época de las dictaduras en el marco de la DSN y, pienso que con más exactitud, en los nacionalismos militaristas de derecha, dentro de la aquiescencia de la gran estrategia de EEUU en la Guerra Fría (1948-1960), pues con JFK la mirada desde la Casa Blanca a las dictaduras latinoamericanas cambiará, así como cambiaron varios regímenes latinoamericanos en ese momento. Le diría que revisara para enriquecer su gran trabajo, la Doctrina Betancourt.
Espero que le sea útil esta información.
Alejandro Cardozo Uzcátegui
Autor de La propaganda política durante el perezjimenato: en la búsqueda de la legitimidad de ejercicio y la diplomacia velada 1952-1957
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Apéndices:
Salvarezza, el Coronavirus y la Parodia científica en Argentina
Por Eduardo R. Saguier.
“Recientemente escuché por TV que el Ministro de Ciencia Roberto Salvarezza anunció que el CONICET estaba involucrado en la investigación acerca del virus para lo cual se ha formado una “Unidad Coronavirus”. Mi primera reacción fue la de perplejidad, una iniciativa que a todas luces indicaba una mera expresión de deseos. Pero en una segunda reacción más reflexiva, mi perplejidad fue mutando en estupefacción, y por último en indignación, frente a…”
Gesell—La metáfora de la patota, la impunidad y la enfermedad
Por Eduardo R. Saguier.
“¿Por qué razón el crimen de Gesell está conmoviendo a una opinión pública cada vez más perpleja? ¿Qué es lo que oculta dicho crimen que tan fuertemente viene interpelando nuestra conciencia moral? ¿Su significado, que lo vuelve paradigmático, es sólo el de cometer delitos en banda o patota, y el de contar con la complicidad y la impunidad de un poder comarcal o de parroquia? ¿O acaso el crimen de Gesell evidencia otro significado más profundo, el de una sociedad…”
Autos sucesorios del suegro de Sebastián de Segurola
Por Eduardo R. Saguier.
Los Autos Sucesorios de Don Ramón de Roxas y Orueta, el suegro del Brigadier Sebastián de Segurola (autor del Diario de los sucesos del cerco de La Paz en 1781 hasta la total pacificación de la rebelión general del Perú), fueron escaneados de su original, propiedad de Martín Ramos Mejía.
Dicho propietario del documento escaneado fue heredado de su padre el Arq. Federico Isaías Ramos Mejía, y este último a su vez de su padre el también arquitecto Isaías Ramos Mejía (hijo del escritor y psiquíatra José María Ramos Mejía). La milagrosa preservación de este documento fue posible por el esmero y la diligencia de Martín Ramos Mejía.
Enlaces a los archivos para descargar desde Google Drive:
Los Choques Civilizatorios desde los Orígenes de la Humanidad. Y desde la Caída de Constantinopla al Colapso de las Torres Gemelas.
Civilizational Clashes since the Origin of Mankind. And from the Fall of Constantinople to the Twin Towers Collapse.
8va edición ampliada y revisada. Octubre 2018.
por Eduardo R. Saguier.
Thank you for the message and the most interesting work. As you may know, my work specializes in the period before 1850 and this period is only a relatively small part of the text you went. I am not aware of P.L.O. Lumumbu’s work, but as I can see from the citations and the range to which you put his work, it would not be within my field of specialization.
As for the earlier sections which pertain to Africa, I can only say that the work might be much enhanced if you had sought to understand the motives of African political authorities when the sold slaves to European buyers. For the Americas, the question of conquest makes it relatively less important to understand the political economy of indigenous empires and other polities; but in Africa there was very little in the way of conquest related to the slave trade (the exception being Angola, but even there the period of direct enslavement was short and limited). I’m not sure how exploring this question would fit into the work you have composed here, as it is largely structured around the activities of the Europeans rather than non-Europeans, but it might be worthy of thinking about.
I have tried to understand both of these processes, both for the Americans and Africans, in my book A Cultural History of the Atlantic World, 1350-1830 (Cambridge, 2012) [and for Africa along in Africa and Africans in the Formation of the Atlantic World, 1400-1680 (1st ed, Cambridge, 1992, 2nd edition extending to 1800, 1998).
I realize that in many ways the earlier periods are actually more of a prologue than a sustained analysis, and so this earlier part may be of less interest, but it what I can offer.
Best wishes,
John Thornton
John Thornton received his PhD in African history in 1979, and after stints at the University of Zambia, Allegheny College, the University of Virginia and then Millersville University after 1986, he joined the Boston University faculty in the fall 2003. His specializations include Africa and Atlantic History, as well as world history
DANIEL BARILE DA SILVEIRA
Pós-Doutorando em Direito – Universidade de Coimbra (UC)
Doutor e Mestre em Direito – Universidade de Brasília (UnB).
Advogado e Consultor Jurídico. Professor Universitário.
danielbarile.com.br
«El espíritu analítico y crítico, que tiene como fundamento su erudición, ha llevado a Eduardo Saguier a una tarea intelectual realmente ambiciosa, en la medida que implica el desafío de un estudio comparativo de largo alcance y profundidad, cual es el intentar no solo conocer, tarea por supuesto necesaria, indispensable, sino, lo que es más importante, comprender “el reparto imperial del mundo, las particiones y descolonizaciones de grandes formaciones imperiales, y la reincidencia acumulada de traumas políticos (nomadismos, particiones, exilios, revoluciones, y golpes de estado)”. No solo conocer el pasado por el pasado en sí, sino conocer el pasado para hacer inteligible un presente cuyo conocimiento cabal demanda un análisis y comprensión dentro de un contexto histórico regional y mundial. Y ese es el gran reto que enfrenta y desarrolla, con acierto y objetividad, Eduardo Saguier en su estudio titulado “De la Caída de Constantinopla al Colapso de las Torres Gemelas. Los procesos modernizadores y sus fracasos”, verdadera historia mundial que cubre medio milenio de historia. Este estudio es, por otra parte (preciso es señalarlo), la continuación y superación dialéctica de un anterior sustancioso trabajo de Saguier, en coautoría con Joaquín Meabe (2009), titulado “Sobre el Colapso de los Imperios, la Fragmentación del Estado, y el Equilibrio de Poder y de Imaginarios Sociales en la Historia Mundial. Origen y función legitimante de los Padres Fundadores en el itinerario sociopolítico moderno de los estados nacionales (1808-1989)”, trabajo en el cual, como señala en el prólogo de esta obra que reseñamos, elabora un desarrollo histórico en ocho olas metanástásicas (desorden interno generalizado), con sus correspondientes cursos de acción, dentro de un marco cronológico comprendido entre 1793 y 1808. La relectura de ese trabajo, después de este nuevo que nos brinda Saguier, me hizo apreciar que este nuevo es una superación del anterior pero que lleva su impronta metodológica y su meritoria visión de que las historias parroquiales, en el mundo globalizado en el cual vivimos, no nos permiten una adecuada comprensión de hechos históricos de trascendencia mundial. Este nuevo aporte de Saguier, si tratáramos de expresarlo en pocas palabras, diríamos que es una bien documentada y meditada historia de la humanidad en su último medio milenio de existencia».
Jorge G. Paredes M.
Lima-Perú
Autor de San Martín y Bolívar en Guayaquil y de La controvertida misiva de San Martín a Bolívar
Querido Eduardo, acuso recibo como me indica. El que recibo en esta dirección lo veo de tarde en tarde. Le adelanto que comparto su preocupación sin duda, pero he comprobado que, en América latina, hay una corriente favorable a hacer frente a ello por medio de un nacionalismo continental latino y mi experiencia es que el nacionalismo es un cáncer y que, además, se puede conseguir lo mismo por una vía que eluda la palabra “nación”. En mi criterio, hemos digerido un caramelo envenenado que es el concepto de “nación soberana”, nacido en el absolutismo francés del siglo XVII, y no en la Revolución francesa como suele decirse.
Saludos,
Jag
José Andrés-Gallego
historiador y editor del estudio crítico del libro “Rovirosa, hombre y pueblo …
Autor de El motín de Esquilache, América y Europa, Madrid, Fundación Mapfre Tavera. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2004,
Estimado Profesor Saguier:
Es un placer recibir su notificación sobre los trabajos que Usted ha realizado sobre temas muy cercanas para mí. La óptica de la que me habla es muy próxima a mis temas de investigación y a mis preguntas más personales.
Sin duda, el gran desafío de las ciencias social y del ciudadano global de nuestro tiempo es la reconstrución de un suelo ético y cognitivo en el que el carácter inclusivo y dialógico sean prioritarios. Las éticas particularistas ponen en peligro uno de los avances axiales de los que no podemos prescindir hoy cuando los miedos globales se han convertido en protecciones locales: la apertura de la existencia, del mundo y de la conditio humana.
Leeré con gusto este trabajo que voy a disfrutar. Ahora mismo salgo el mes de agosto de vacaciones pero me pongo con él para ir viendo su perspectiva que, a primera vista, es muy sugerente y cercana. Por favor, indíqueme con precisión que quiere que haga con esa nota de la que me habla. No tengo claro dónde podría enviarla.
Muchísimas gracias por este mensaje que espero que sea el inicio de una comunicación fecunda y cercana.
Reciba un fuerte abrazo desde Bilbao.
Celso Sánchez Capdequi
Es autor de MODERNIDADES Y DESAFÍOS MÚLTIPLES
BERIAIN, JOSETXO/SÁNCHEZ CAPDEQUI, CELSO/GIL-GIMENO, JAVIER
Anthropos Editorial
LA CREATIVIDAD SOCIAL: NARRATIVAS DE UN CONCEPTO ACTUAL
Anthropos Editorial
EL DINAMISMO DE LOS VALORES
Anthropos Editorial
LAS MÁSCARAS DEL DINERO
Anthropos, Editorial del Hombre
EN LOS LÍMITES DE LA CON-FUSIÓN.
Los Libros de la Catarata
SOCIOLOGÍA CULTURAL
ALEXANDER, JEFFREY C. / SÁNCHEZ CAPDEQUI, CELSO / CISNEROS, ISIDRO H. / PR.
/ PÉREZ FERNÁNDEZ DEL CASTILLO, GERMÁN / PR.
Anthropos, Editorial del Hombre
IMAGINACIÓN Y SOCIEDAD
Editorial Tecnos
Estimado Eduardo:
Since the 1970s, the economic trends in global de-regulated capital accumulation have shaped a scenario overwhelmed by the growing violation of the democratic ideals of political equality and social peace. Taking into account this background, Eduardo Saguier´s book is welcome because it calls for a reflection on the complex issues of power, economics and culture that are studied not only in a historical but also in a global perspective.
Indeed, Saguier´s book calls for a deep examination of different social and political contexts where the outcomes of the modernization trends have either enhanced inequality and economic instability or even stimulated disillusioned voters to support populism. Among his concerns on livelihoods at the beginning of the 21st century, he addresses that our century is a period of barbarization.
Saguier´s research fosters further critical thinking on the failures of economic policies in the light of current cultural challenges but also opens up new historical perspectives for a reflection on the decline of the democratic systems.
In short, this book is highly recommended for understanding the sustainability challenges of our times since Sarguier ´s ideas about contemporary globalization intertwines economic and political challenges along with social and cultural outcomes.
Dr. Maria Alejandra Madi, Chair of the World Economic Association (WEA) Conference Programme, Editor of the WEA Pedagogy BLOG, Director of the Green Economics Institute.
Autora de “Global finance and development” (Sanbun, India, 2014) y “Small business in Brazil: competitive global challenges” (Nova Publishers, EUA, 2015).
Para cualquiera que quiera descubrir sobre el mundo en que vivimos. Saguier, nos ayuda a dar muchas respuestas.
Diego Felipe Arbeláez Campillo,
Editor Revista Amazonia investiga.
amazoniainvestiga@uniamazonia.edu.co
Reseña
Los choques civilizatorios desde los orígenes de la humanidad. Y desde la caída de Constantinopla al colapso de las Torres Gemelas, pp. 148, por Eduardo R. Saguier (CONICET-Argentina).
A lo largo de su historia, la humanidad ha transitado por etapas cuyo patrón en común ha sido el conflicto por el control de los recursos (de diversa índole), bien entre grupos, naciones o civilizaciones. En efecto, desde los albores de la historia, el desarrollo del potencial cognitivo de los seres humanos permitió el surgimiento de la tecnología primitiva que, en conjunción con la fortaleza física de algunos grupos, hicieron posible que éstos se impusieran sobre otros de sus semejantes, o sobre grupos distintos al homo sapiens, lo que les permitió dominar territorios y usufructuar sus recursos. Los avances en relación con la tecnología primitiva fueron determinantes para el control de los espacios y ello dio pie a nuevas experiencias de poder, cuya manifestación más importante sería el hecho gubernamental que al transcurrir del tiempo abriría las puertas para la organización política de estos grupos.
La consecuencia inmediata del orden político fue la aparición de las primeras civilizaciones. Éstas y todas las que transcurren en la historia de la humanidad han sido duales y contradictorias en sus efectos: por un lado, la civilización condujo al hombre a un desarrollo integral en todos los ámbitos: desde el manejo de los metales, la invención de la escritura, pasando por la agricultura y todos los avances que en el transcurrir del tiempo afloraron como consecuencia del progreso civilizatorio; pero a su vez, la civilización condujo a la deshumanización, al promover la idea de superioridad y control de unos sobre otros, desembocando en destrucción, cuya irracionalidad queda recogida en la consabida expresión de Hobbes: homo homini lupus.
Esta dualidad habla por sí misma de la condición existencial del hombre y de nuestra capacidad para crear, recrear y destruir. Desde una posición optimista, compartimos el punto de vista de Benedetto Croce en La historia como hazaña de la libertad, en cuanto a la búsqueda constante de la humanidad de su plenitud mediante la vivencia de la libertad, principio al cual se orienta la historia, pues el hombre aspira ser libre pero su búsqueda de libertad no lo exime de contradicciones y errores.
Eduardo R. Saguier aborda los grandes choques civilizatorios de la humanidad, mediante el análisis de larga duración propuesto por F. Braudel. Por choque civilizatorio entiende “amenazas de supremacía ideológica, económica y político-militar” que pueden identificarse en los desencuentros protagonizados por civilizaciones a lo largo del tiempo. En cuanto a la perspectiva de larga duración, su interés se centra en la aplicación del método comparativo en el marco de los “períodos civilizatorios arcaicos, neolíticos, imperiales, dinásticos, modernos(renacentistas, iluministas, republicanos, monárquico-constitucionalistas, nacionalistas)”.
De esta manera, Saguier se adentra en el estudio del “reparto imperial del mundo, las particiones y descolonizaciones de grandes formaciones imperiales, y la reincidencia acumulada de traumas políticos (nomadismos, particiones, exilios, revoluciones, y golpes de estado)”. En su labor, el autor fundamenta el análisis de los hechos en abundantes fuentes bibliográficas, de las cuales parte a fin de interpretar los cambios y los choques civilizatorios en distintas épocas.
Finalmente, consideramos que este trabajo de Saguier constituye un esfuerzo orientado a la comprensión de complejas estructuras históricas, difíciles de abarcar, y que en consecuencia genera un aporte al conocimiento existente, dentro de una amplia tradición historiográfica, signada por las contribuciones de Toynbee y Croce. Esta tradición debe servir de voz y conciencia crítica para un fin superior: fomentar el diálogo civilizatorio, el reconocimiento y el encuentro entre culturas.
Dr. Reyber Parra Contreras
Universidad del Zulia
Maracaibo-Venezuela
reyberparra@gmail.com
Prebendarismo Y Faccionalismo En La Institucionlización Del Conocimiento: El caso de la Investigación y la Docencia Argentinas (1989-2003).
“Prebendalism and Factionalism in Science and Higher Education.”
por Eduardo R. Saguier.
”
Eduardo R. Saguier,SSRN is pleased to announce EduRN, SSRN’s new Education Research Network, where researchers in education and related fields can share ideas and other early-stage research. Users can post preprints and working papers and can quickly upload and read EduRN papers, spanning all of Education, including the sociology of education, technology & resources in education, education organization, teacher education, educational psychology & cognition, and pedagogy. All for free.
One of your papers, Prebendalism and Factionalism in Science and Higher Education, has been selected for inclusion in the EduRN launch as part of the Social Sciences Education eJournal,EduRN: Economics Education (ERN) (Topic),EduRN: Management Education (MRN) (Topic). Connections among researchers across disciplines provide different perspectives on similar problems and allow for collaborations. Congratulations on being selected, and we hope you will share additional papers through SSRN.”
Los traumas históricos y la fragilidad del estado latinoamericano. El Radicalismo argentino y su crisis de identidad.
Basado en la ponencia del encuentro “El Exilio Democrático”, organizado por la Univ. N. de Rosario el 3-XI-2017.
Dedicado a la memoria del Juez Juan Carlos Gardella,
por Eduardo R. Saguier.
El Mito del Héroe, el Tercer Movimiento-Histórico, y el Huevo de la Serpiente en la decadencia del Radicalismo. Aricó y Abraham entre la Coordinadora y la AMIA pasando por el Grupo Esmeralda.
Por Eduardo R. Saguier
dedicado a la memoria de Carlos Hugo Capitman
- A. El dolor moral, el epigenoma y el duelo poético en Borges
- B. El aislamiento, el ninguneo académico y el abolengo mítico en Borges
- C.- El Marranismo, el antisemitismo y el lenguaje de los sueños en Borges
- D.- Víctimas y victimarios, “La Fiesta del Monstruo” y el crimen de Aramburu
- E.- El Nobel a Borges, la caída de Allende y el apocalipsis Rioplatense
- F.- La causal externa del terror y Altamirano en su enigmática interpelación al drama de América Latina
- G. El culto a la adversidad y el destino sudamericano en Borges
- H. Las persistentes pesadillas teológicas y los laberintos oníricos en Borges
- I. El laberinto borgeano y sus ámbitos espacial y lingüístico en América Latina
- J. El laberinto borgeano y la reinvención de América en el tiempo histórico
- K. El sueño del Mayflower en la América sajona
- L. La traición del Gran Garrote de Teddy Roosevelt al mensaje de Lincoln
- M. Conclusión y Proyecto
Hola Eduardo:
El trabajo sobre Borges me deja pasmado. Es que explicar su obra siempre ha sido muy complejo pero en este trabajo, con el contexto histórico, político y las historias de vida, estoy seguro que queda más claro que nunca. Sobre todo, la latinoamericanidad revalorizada en su obra derriba mitos y preconceptos difundidos maliciosamente sobre su persona. Lo leeré con más detenimiento este fin de semana prestando mayor atención a las citas y relecturas de varios de sus trabajos tomando en cuenta lo que usted ha trabajado. Lo difundiré no solo en el sitio web, también por otros medios a personas que seguro les interesará muchísimo. Eduardo, ¿cómo podemos agradecerle el compartir tan amablemente sus pensamientos y trabajo tan dedicado? Siempre me ha entusiasmado sobremanera leer sus trabajos.
Le envío un grandísimo abrazo y toda mi admiración.
Federico Martín Maglio
FMMEducacion
Eduardo, un cordial saludo.
Formidable el estudio que haces de Borges en el cual haces confluir análisis variados como el histórico, el político, el de la literatura comparada, la antropología y la sociología. Tu estudio permite, y eso es una de sus grandes virtudes, comprender mejor a Borges y a su obra porque algunas de las que hemos podido leer, a veces se nos muestran medio abstruso, oscuridad luminosa borgeana que se revela gracias a tu trabajo. Algo más, gracias a tu erudición hemos podido aprender de nuestra historia latinoamericana temas que desconocíamos. El análisis de muchos de esos hechos, desde una óptica de la vida de Borges, permite comprender a Borges y a su obra. Otros temas quedan en el “tintero”. Voy a darle una segunda lectura, mucho más lenta porque lo que te comento está basada en una lectura bastante rápida, porque tu estudio es sumamente atrapante y estoy seguro que todo aquel que ha leído algo de Borges y lea tu trabajo va a ser inmediatamente atrapado por su lectura.
Lo estaré compartiendo con amigos y colegas.
Eduardo, seguimos en contacto.
Un abrazo,Jorge Paredes
Lima-Perú
Entre la Fatalidad y la Utopía en América Latina (1500-2000): el contraste del “Destino sudamericano” con el “Destino manifiesto” norteamericano.
Nueva versión 2017 aggiornada.
Por Eduardo R. Saguier
dedicado a la memoria de Carlos Hugo Capitman
I.- Introducción
A.- El dolor moral, el epigenoma y el duelo poético en Borges
B.- El aislamiento, el ninguneo académico y el abolengo mítico en Borges
C.- El Marranismo, el antisemitismo y el lenguaje de los sueños en Borges
D.- Víctimas y victimarios, “La Fiesta del Monstruo” y el crimen de Aramburu
E.- El Nobel a Borges, la caída de Allende y el apocalipsis Rioplatense
F.- La causal externa del terror y Altamirano en su enigmática interpelación al
drama de América Latina
G.- El culto a la adversidad y el “Destino Sudamericano” en Borges
H.- Las persistentes pesadillas teológicas y los laberintos oníricos en Borges
I.- El laberinto borgeano y sus ámbitos espacial y lingüístico en América Latina
J.- El laberinto borgeano y la reinvención de América en el tiempo histórico
K.- El sueño del Mayflower en la América sajona
L.- La traición del Gran Garrote de Teddy Roosevelt al mensaje de Lincoln
M.- Conclusión y Proyecto
II.- Periodización, rupturas y continuidades
III.- Controversias intelectuales en la ciencia moderna y cont emporánea
IV.- Sumisión escolástico-papista/éxodo mesiánico en guerras religiosas (1492-1700)
V.- Conspiracionismo/republicanismo en las dinastías borbón y braganza (1715-1810)
VI.- Secesionismo/unionismo en el patriotismo independentista (1810-1830)
VII.- Autocratismo/liberalismo en los cesarismos federalistas (1830-1850)
VIII.- Irredentismo/expansionismo en los territorialismos nacionales (1855-1884)
IX.- Rastacuerismo/nacionalismo en la construcción del conocimiento (1880-1900)
X.- Patrimonialismo/liberal-reformismo en la pre-guerra cesarista (1884-1914)
XI.- Neutralismo/intervencionismo disciplinador en la I Guerra (1914-1918)
XII.- Pretorianismo/frentismo en el golpismo de entre-guerra (1918-1939)
XIII.- Colaboracionismo/internación enemiga en la II Guerra (1939-1945)
XIV.- Populismo/democratismo en el golpismo de pos-guerra fría (1945-55)
XV.- Contra-secularismo/modernización en la pos-guerra caliente (1955-62)
XVI.- Aventurerismo armado/contra-insurgencia en guerra insurreccional (1962-83)
XVII.- Bonapartismo/restauracionismo contra el terrorismo de estado (1983-89)
XVIII.- Gatopardismo/globalismo meritocrático en la posguerra tripolar (1990-2001)
XIX.- Provincialismo/cosmopolitismo en la pos-modernidad globalizada
XX.- Criminalidad organizada en la posguerra multipolar (2001-2016)
XXI.- Conclusión
En la antinomia entre la fatalidad y la utopía, que es como contrastar el “destino sudamericano” y el “destino manifiesto”, como nos narraron Borges, Emerson y Reinaldo Arenas, encontramos las causas del malestar y el bienestar en ambas Américas (1500-2000). El elemento común entre ambos hemisferios ha sido el de una múltiple asimetría, constituida por una batería de discursos opuestos que se fueron replicando multiplicados por guerras, golpes de estado, dictaduras, separatismos, intervenciones expansionistas, espionajes, y monoproductivas dependencias, a lo largo del tiempo, en espiral, dominó y búmeran, y que configuraron el “Destino Sudamericano” y el “Sueño Americano”.
Dear Eduardo Saguier,
It was very thoughtful of you to send me this information about your ebook and I congratulate you on it. Your comparative framework ought to really impact hemispheric studies programs and thinking not only in Latin America but also in the United States, because you are challenging within a comparative framework the ethnocentric stereotype that “Manifest Destiny” was restricted to North America. I see a lot of books in your bibliography like Merk’s and Quirk’s that I’ve used in both my teaching and my research.
With best wishes for your publication. I hope it generates a lot of discussion and attention for your provocative approach.
Robert E. May
Professor Emeritus of History
Department of History
Purdue University
West Lafayette IN 47907
La crisis de Brasil y la geopolítica sudamericana
Por Eduardo R. Saguier
El hinterland sudamericano en su trágico laberinto fluvial: reconstrucción biogeográfica y etnopolítica o su Hilo de Ariadna.
The keystone for the estimation of the historical lag. Myth, ethnicity, language and land in the formation of modern identity.
Por Eduardo R. Saguier, en homenaje a la memoria de Ignacio Lewkowicz y Cristina Corea.
Vigésimo tercera versión. Cuarentena de abril de 2020.
Apéndices:
Arqueología del Mandarinato y de la Nomenklatura Académica.
Absolutismo, Ilustración, Reforma y Contra-Ilustración en el Río de la Plata y en Argentina (1600-2012).
Por Eduardo R. Saguier y Joaquín E. Meabe y la contribución en materia médica de Mario Slatopolsky.
Esta es una segunda revisión del manuscrito titulado ARQUEOLOGÍA del MANDARINATO y de la NOMENKLATURA ACADÉMICA, en especial del capítulo duodécimo, el cual ha sido considerablemente ampliado. Dicho capítulo incluye un extenso apartado referido a la presencia de profesionales europeos en el proceso modernizador argentino de la segunda mitad del siglo XIX (1852-1914), así como dos nuevas tablas y tres voluminosos apéndices, que corresponden al listado de dichos profesionales clasificados por orden alfabético, por origen geográfico y por profesión.
Genealogía de la Tragedia Argentina (1600-1900)
Auge y colapso de un fragmento de estado o la violenta transición de un orden imperial-absolutista a un orden nacional-republicano (1600-1912).
Con prólogo de Joaquín E. Meabe:
“… el extraordinario aporte que hace Saguier en esta obra permite ver por primera vez los cimientos del edificio social de la violencia institucionalizada en el seno de la trama de dominación en el que se articula la etapa histórica que aun no ha terminado.”
Sobre el Colapso de los Imperios, la Fragmentación del Estado, y el Equilibrio de Poder y de Imaginarios Sociales en la Historia Mundial.
Origen y función legitimante de los Padres Fundadores en el itinerario sociopolítico moderno de los estados nacionales (1808-1989).
Por Joaquín E. Meabe, Jorge G. Paredes M., y Eduardo R. Saguier. Y la colaboración de Maximiliano Korstanje.
Un Debate Histórico Inconcluso en la América Latina (1600-2000)
Cuatro siglos de lucha en el espacio colonial peruano y rioplatense y en la argentina moderna y contemporánea.
An Inconclusive Historical Debate in Latin America.
Four centuries of Struggle in the Colonial River Plate Space and in Modern and Contemporary Argentina.
Por Eduardo R. Saguier – UBA·CONICET
La obra de historia cultural, política, social y económica, aquí presentada, pretende articular los niveles ideológico, institucional, social y cultural; así como las esferas cultural, política, burocrática y económica, en el espacio colonial Peruano y Rioplatense y en la Argentina moderna y contemporánea, abarcando en la tarea un centenar de capítulos y casi un millar de apartados, distribuídos en quince (15) tomos, todos ellos fundados en miles de textos de época, relevados en documentación judicial, notarial, administrativa, eclesiástica, militar, periodística y electrónica. Una decena de dichos capítulos son presentados en ambos idiomas, español e inglés.
El relevamiento de las fuentes documentales fue practicado entre 1967 y 2005 en los protocolos de escribanos de los archivos notariales; en las series judiciales, sucesorias, capitulares, hacendarias, legislativas, gubernativas, militares, censales y parroquiales; en las Actas Capitulares y Diarios de Sesiones de las Convenciones Constituyentes y de las Cámaras de Diputados y de Senadores, nacionales y provinciales; en las revistas, diarios y periódicos depositados en las hemerotecas de la Biblioteca Nacional, del Congreso, el Museo Mitre, la Universidad de La Plata y Parque España (Rosario); en las Fojas de Servicio del Archivo General del Ejército; en los Libros de Ordenes del Día y Copiadores de Notas del Colegio Militar de la Nación; en las compilaciones documentales editas y en los epistolarios de los archivos comerciales, presidenciales y provinciales de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX (Mitre, Paz, Roca, Juárez Celman, Victorino de la Plaza, y Agustín P. Justo, del Gobernador de Tucumán Próspero García, y del Gobernador de Buenos Aires Dardo Rocha); en las correspondencias y conferencias telegráficas de gobernadores, ministros y legisladores; depositadas en el Archivo General de la Nación (AGN) de Buenos Aires, en los Archivos Históricos de las provincias de Córdoba y de Buenos Aires (La Plata), en los Archivos de Geodesia y Catastro y de los Departamentos Judiciales, y en las bibliotecas de las Universidades de Washington University, Wisconsin y Chicago y del Colegio de México
La distribución en tomos, relativamente autónomos entre sí, aunque orientados con el objetivo de lograr una totalidad compleja; y en infinidad de capítulos, referidos en el Índice en forma correlativa, también independientes entre sí, donde casi medio centenar de capítulos son versiones mejoradas de mi tesis doctoral y de trabajos ya publicados en forma separada (entre 1984 y 1999), en un libro y en medio centenar de revistas científicas del mundo. Dicho proceso de publicación fue practicado en forma muy fragmentada y desarticulada, y recién muchos años más tarde –merced a Internet– se la pudo revisar, integrar y compilar en casi un millar de apartados o secciones, comprendidos dentro de mas de un centenar de capítulos, y a estos últimos se los pudo reagrupar en quince (15) sucesivos tomos. Este arbitrario ordenamiento en apartados, capítulos y tomos obedece a la necesidad de intentar clasificar narrativamente la inmensa masa de información y de asignaturas involucradas en esta investigación, pero de ninguna manera pretende cerrar ni agotar la gran y compleja cantidad de temas ausentes y de cruces factibles entre apartados correspondientes a capítulos distintos así como entre capítulos pertenecientes a tomos diversos, tal como se aclara detalladamente al comienzo de los abstracts respectivos
Eduardo R. Saguier
PREFACE
The work of cultural, political, social and economic history, herein submitted, pretends to articulate the cultural, institutional, social and cultural levels, in the Peruvian and River Plate colonial space, and in modern and contemporary Argentina. But it must be pointed out that this articulation remains in a great degree unfinished, because the interpretations and the topics embraced do not succeed in covering the total reality, as well as due to the fact that the geographic space and the periodicity are necessarily partial.
The work reaches more than a hundred chapters and almost a thousand sections, some of them in both Spanish and English, distributed in fourteen volumes, all of them based on thousands of documents, found in judicial, notarial, administrative, ecclesiastic, journalistic and electronic archives. The search of the documentary sources was performed between 1967 and 2005 in the notarial, judicial, municipal, ecclesiastic and military registers; in journals and newspapers deposited in the National Library, the Library of Congress, the Mitre Museum, the Universidad de La Plata and Parque España (Rosario); in documentary compilations; in mail exchange of commercial, presidential and provincial archives of the17th, 18th, 19th, and 20th centuries; and in the libraries of Washington University, the Universities of Wisconsin and Chicago, and the Colegio de Mexico.
The distribution in volumes, relatively autonomous among themselves, and in numerous chapters, independent as well, where almost fifty chapters are improved versions of my doctoral thesis and different articles already published in a book and in fifty scientific journals (between 1984 and 1999). Such editorial process was practiced in a very fragmented and unarticulated way, and many years afterwards –thanks to Internet– it was possible to revise, integrate and compile them in almost a thousand sections, inside a hundred chapters, and these last ones assembled in fourteen volumes. These arbitrary order in sections, chapters and volumes, obey to the need to classify the immense mass of information and topics incorporated in this research, but it does not pretend to close the great and complex quantity of missing topics and potential cross-tabulations among sections belonging to different chapters, as well as among chapters belonging to different volumes.
Eduardo R. Saguier
a mi abuelo materno
Agustín Isaías de Elía,
quien me enseñó a indagar en el pasado
y afrontar la adversidad.
a mi mujer
María Cristina Mendilaharzu de Saguier,
sin cuya paciencia, abnegación y apoyo
este trabajo no hubiere tenido lugar.
al Prof. Richard J. Walter,
quien confió en mí sin conocerme,
y contribuyó generosamente a mi formación.
y a Jorge Horacio Teste
y Mónica Schteingart de Teste
abogados defensores de presos políticos, cruelmente desaparecidos,
que en tiempos oscuros de nuestra historia alentaron esta obra.
Eduardo R. Saguier
Este largo viaje de recopilación, reflexión, lecturas, elaboración y síntesis no habría sido factible sin la clase de enigmáticos y antagónicos recuerdos, comprometidas motivaciones, angustiosos auto-exámenes, renovados estados de conciencia, y desprendidos estímulos y colaboraciones, que experimenté a lo largo de casi cuarenta (40) años, por parte de numerosos ancestros, parientes, amigos, colegas, profesores, parroquianos y correligionarios.
Debo comenzar por recordar la última Guerra Mundial, cuando en mi niñez iba al Correo con Frau Barbara Sussman –viuda de un comerciante de cereales judío obligado a emigrar por las Leyes de Nuremberg– llevando enormes paquetes de ropa para su familiares en Worms, Alemania; y la dolorosa y excepcional experiencia de haber sufrido el despojo por confiscación de la chacra “Los Tapiales”, donde habían transcurrido las primeras vacaciones de mi infancia. Excepcional experiencia por cuanto la mayor parte de nuestros vecinos y compañeros de escuela, hijos o nietos de oligarcas y terratenientes, transcurrieron inmunes la experiencia Peronista. También sufrimos la prohibición de rezar y hablar en alemán en casa; la represión que padecían las maestras de nuestra escuela por parte de su director peronista; la larga prisión de mis tíos maternos, con motivo de la sublevación militar de Septiembre de 1951; la internación de otro de mis tíos en un neuropsiquiátrico; el encarcelamiento de mi abuelo materno en la Penitenciaria Nacional seguido de prisión domiciliaria; y la lectura compulsiva de La Razón de mi Vida . En esa conflictiva infancia empecé a tomar conciencia de una sociedad donde regía una estratificación compuesta de la idealizada gente denominada bien o decente , los demonizados reos de la plaza moradores de los conventillos, con quienes nos estaba vedado jugar, y los cada vez más numerosos cachudos , apelativo despectivo mediante el cual las “señoras gordas” de la época identificaban a los individuos arribistas o advenedizos.
De mi temprana adolescencia, debo rememorar la pugna inconclusa entre la tradición Radical paterna y la Conservadora materna (que no me permitía comprender porqué el Radicalismo aceptó levantar la Abstención electoral que había sido concebida para resistir el Fraude Patriótico practicado por el Conservadorismo), el nacimiento de un tercero en discordia que practicaba un populismo corporativo y un terrorismo de estado que estigmatizando a la oligarquía amparaba a criminales nazis y simultáneamente montaba un aparato para-policial totalitario (que llevó a cabo los incendios de la Casa del Pueblo, el Jockey Club y los templos del centro) donde “el enemigo no merecía ni justicia”. Asimismo, recuerdo la resistencia callejera político-religiosa, la censura y autocensura de prensa y medios de comunicación y la represión que experimentaba el personal gastronómico del Hotel California –que administraba mi padre– por parte del delegado gremial impuesto por el sindicato. Posteriormente, caído el Peronismo, experimenté el pasaje a un colegio inglés, que fue algo así como un ascenso de clase (pero donde no se vivía el crisol de razas y clases que fue mi escuela primaria estatal), donde participé de la protesta contra luctuosos episodios internacionales (invasión de Hungría), y desde donde fuimos engañosamente inducidos a luchar contra los partidarios de la educación Laica y en pro de una supuesta libertad de enseñanza o Enseñanza Libre –la cual resultó ser a la postre un fraude y una estafa por tratarse de una enseñanza ideologizada y dogmática impartida por una docencia y un clero retardatarios– para finalmente experimentar mi definitiva expulsión del colegio privado y el retorno forzoso a una deteriorada educación pública donde culminé mis estudios secundarios.
Estos iniciales duelos, represiones, viajes, conflictos, dilemas y sumisiones marcaron en mi conciencia una sensación de angustia por las memorias antagónicas que signaron mis primeros años de formación, los que transcurrieron frecuentando a mi abuelo materno, con quien me familiaricé con los pormenores trágicos del terrorismo de estado Rosista (La Mazorca, Santos Lugares, Libres del Sur, Quebracho Herrado y la retirada de Lavalle) y le ayudé a rastrear el historial de dominio de las propiedades confiscadas y ordenar los testimonios notariales que obtenía merced al trabajo de referencistas rentados con los cuales había redactado un valioso manuscrito aún inédito. Mi condición de menor de edad me impedía concurrir a los repositorios públicos y colaborar en dichos trabajos de pesquisa, pero ellos quedaron gravados en mi memoria con el compromiso de volver una vez alcanzada la mayoría de edad, lo cual a posteriori sucedió con creces. Estas primeras armas investigativas acontecieron entre la recuperación de la antigua chacra “Los Tapiales” (1959), que volví a habitar esporádicamente recobrando entre otras reminiscencias el sabor de su guayabo y los olores de los murciélagos que moraban sus torres; y mi residencia en el entonces Hotel “California”, transitorio epicentro del turismo local e internacional y de una pujante burguesía industrializante, y singular atalaya desde el cual pude visualizar mas de cerca la estructura social de la época y participar en todas las movilizaciones políticas y religiosas, que en ese tiempo transcurrían por la Avenida Santa Fé, conocida como la gran vía del norte, incluso como monaguillo en la procesión que trasladó la Virgen de Nuestra Señora de los Desamparados, del domicilio de quien la había rescatado a cambio de un paraguas automático (Celia Sommer de Balcarce), la noche de Junio de 1955 en que unos sicarios de la Alianza Libertadora Nacionalista (ALN) incendiaron entre otras la Iglesia de San Nicolás de Bari.
Fue entonces que habiendo fallecido mi abuelo materno (1961), y merced a la intercesión de un capitán de la Delta Line, cliente del hotel de mi padre, tuve el privilegio de trabajar y estudiar en el Deep South norteamericano (Tulane University) antes de la promulgación de la Ley de Derechos Civiles (1964), donde conocí las miserias del apartheid racial y donde por vez primera mantuve un duelo verbal con compatriotas académicos que celebraban el golpe de estado contra Frondizi (Decano de Derecho de la UBA Francisco Laplaza y otros becarios y profesores invitados). Profundamente acosado por la nostalgia y el afán de conocer el norte de mi país y los vecinos países Latinoamericanos, a mi retorno de USA descendí del avión en Lima y volví por tierra cruzando la sierra peruana y el altiplano Boliviano. Cuando llegué a La Paz visité a primos lejanos de mi abuelo materno, oportunidad en que conocí a Don René Ballivián, quien me abrió su biblioteca y archivo familiar. Más luego, en los inicios de mi exploración intelectual y de investigación de mi saga familiar Paraguaya, visité a un primo de mi padre Raúl Saguier Caballero, quien me hospedó en su pensión de Asunción, donde practiqué en 1963 mis primeras incursiones archivísticas. También visité a una tía abuela Elena Santamarina de Saguier, quien me exhibió la foja de servicios de Pierre Saguier, oficial de la Guardia Imperial de Napoleón; a Martín Cullen Artayeta, quien me permitió copiar el epistolario de los emigrados unitarios en Paranaguá (Brasil); a Magdalena Murga de Peña, quien me reveló la verdad del suicidio del Coronel de la Independencia Juan Correa Morales; a Lucy Youens de Costa Paz, quien me permitió examinar el epistolario de Marcos Paz antes de que entrara en imprenta; y a Eduardo Ruiz, baqueano fugitivo de la Patagonia, residente en Aldo Bonzi (Pcia. de Buenos Aires), quien me confió sus experiencias en la tragedia sureña (1921).
Condicionado por la participación en la lucha por la Enseñanza Libre y la necesidad de cursar estudios profesionales que brindaran una salida laboral ingresé a la Universidad Católica Argentina, lugar donde caí en la cuenta de no encontrar en ella estudios históricos ni la posibilidad burocrática de transferir mis estudios a la universidad estatal. Más luego, durante el rito de iniciación patriótica que significaba la conscripción tuve una participación forzosa como soldado conscripto en el enfrentamiento armado entre las facciones militares de Azules y Colorados (1963), los cuales transcurrieron en un Batallón de Arsenales en Los Polvorines (Pcia. de Buenos Aires) cargando y luego descargando los mismos vagones ferroviarios repletos de cajas de municiones. Producido el golpe de estado de 1966, que a juzgar por la opinión de entonces no sólo era una repetición del golpe de estado contra Frondizi (1962) y una réplica del golpe de estado ocurrido en Brasil (1964), sino que se asemejaba enormemente al golpe del 30 en Argentina, y presagiaba el derrumbe futuro y definitivo de nuestra nación, y luego de haber pretendido resistir físicamente al mismo en la explanada de la Casa de Gobierno, fui más luego expulsado de la Pontificia Universidad Católica Argentina. Esta expulsión obedeció a que cuestioné la presencia del Ministro del Interior en un acto inauguratorio de dicha Universidad, en presencia del generalato golpista y del Episcopado cómplice, episodio que auguraba la connivencia con la barbarie que se avecinaba (la cual se efectivizó públicamente una década más tarde con las declaraciones de su Rector Derisi a raíz de la visita de la OEA y a propósito de los Desaparecidos).
Esta etapa de resistencia la transcurrí en los archivos, alimentado por una forzada exclusión de otras universidades (Universidad del Salvador y Universidad de Buenos Aires), y con breves y repetidas temporadas en las cárceles de Devoto y Caseros, en el período anterior al Cordobazo y a raíz del estado de sitio declarado como consecuencia del mismo (1969). Estas prisiones –por las que cabe aclarar no he cobrado indemnización alguna– fueron la respuesta a mi afán de resistir la dictadura y de dar testimonio de la inexistencia de consentimiento, que la dictadura alegaba hipócritamente en su favor. Para ello quienes luego constituímos la Franja Morada y la juventud del Movimiento de Renovación y Cambio del Radicalismo nos esforzábamos por resistir la represión únicamente en oportunidad de actos partidarios y/o públicos y siempre y cuando los medios de prensa estuvieren presentes. Inconscientemente sabíamos que de no contar con el testimonio de la prensa nuestra suerte física habría estado echada y estábamos asimismo conscientes que en Argentina –a diferencia de Cuba– las tesis foquistas no tenían factibilidad ni destino alguno. Una vez producido el Cordobazo (1969), y un año más tarde el secuestro y muerte del General Aramburu, la lucha de calles y los actos de masas perdieron para los medios masivos y el público en general el atractivo de antaño, concentrándose todo el interés mediático en la resistencia clandestina y guerrillera.
Merced a estas adversidades sufrí una suerte de traumático estado de profunda crisis, que pude superar merced a la conformación de una logia intelectual itinerante conjuntamente con los también expulsados estudiantes de sociología Daniel Cormick, Alfredo Páez, Carlos Prego y Guillermo José Salatino, y los muy luego brutalmente desaparecidos Lalo Alzogaray y Fernando Perera, que operó en mi conciencia como un primer efecto destribalizador y de ruptura disciplinar. Durante mi primer exilio en Chile, en 1967, debo al cordobés Carlos Sempat Assadourian y al chileno Rafael Baraona así como a los sociólogos Patricio Biedma y Hugo Perret –también posteriormente “desaparecidos”– el apoyo y solidaridad en acentuar el despertar de una latente vocación historiográfica largamente reprimida. Tengo que recordar asimismo a una popular y diaria peña o tertulia político-cultural que funcionaba como un santuario de trasvasamiento generacional, de politización de vocaciones intelectuales y de solidario paraguas forense para con los detenidos y perseguidos. A partir de la misma se organizó una consecuente resistencia a la primer dictadura militar que en aquellos tiempos de veda o prohibición de actividades políticas se fue trasladando sucesivamente desde el bar La Fé a los bares La Cultural, Callao 11, Tokio y La Academia, y que estaba constituída por los correligionarios periodista tandileño Ambrosio Renis, el periodista porteño Lucho Arana, el psicoanalista autodidacta y exsenador provincial Abel “Pibe” Garaycochea, el poeta José González Ledo, el florista Orlando Palumbo, el sindicalista bancario y abogado Carlos González Pastor, el empresario fumigador Pancho Martini, el músico Donato Muscio, el periodista de Radio Rivadavia Mario Monteverde, los sindicalistas ferroviarios Antonio Scipione y Juan Capillo, el diplomático Delfor Grigera, el periodista de La Razón Ramón Andino, el Arq. Grecco, Abraham Smetana, el malogrado poeta jujeño Hugo Jorge Garzón Azcárate, y otros muchos sacrificados militantes.
De mi primitivo transcurrir por el Archivo General de la Nación (AGN), que ocurrió asiduamente en la década comprendida entre mi retorno de Chile (agosto de 1967) y mi segunda partida a USA en junio de 1977, debo recordar al grupo humano que me ayudó a buscar y comprender numerosos documentos antiguos así como a descifrar la letra encadenada del siglo XVII, constituído en orden de aparición por Ricardo Piccirilli, Arnaldo Cunietti-Ferrando, Guillermo Furlong, Juan Jorge Cabodi, Hjialmar Gammalsson, Alberto S. de Paula, Alfredo Villegas, Alfredo Montoya, Cap. de Fragata Jorge Enrico, Néstor T. Auza, Alfredo Fernández, Osvaldo Bayer, Pedro M. López Godoy, y el Cnel. Ulises Muschietti (tío). Mi deuda se extiende también a una lista numerosa de amigos y colegas que contribuyeron a enriquecer mis primeros planteos históricos y a ejercer la defensa colectiva de los archivos judiciales amenazados por la incuria y la indiferencia públicas. A los profesores José Luis Romero, León Pomer, Enrique Wedovoy, Mario Estéban Carranza y Eduardo Baumeister, quienes contribuyeron a destribalizar y secularizar mi primitiva vocación como historiador y colaboraron en el bosquejo de un embrionario programa de investigación fundado en archivos notariales y capitulares y en la reconstrucción de catastros inmobiliarios urbanos y rurales y de historia dominial de esclavos estipendiarios (la mayoría de cuyas planillas han permanecido inéditas). A Raúl A. Molina, quién me convenció de tomar al archivo como un hábito de vida y una suerte de oasis desde el cual contraer amistades, enseñanzas y amores ; a Miguel Murmis, Beba Ballvé y el Centro de Investigaciones en Ciencias Sociales (CICSO) por haber dado a luz mis primeras y embrionarias reflexiones históricas; a Saad Chedid por su buena voluntad en tratar de ayudar la concreción de mis investigaciones; a Enrique Broquen por habernos impartido sesudas lecciones de dialéctica Hegeliana; y al staff de la revista Inédito (Gregorio Selser y el “pajarito” García Lupo) por haberle dado forma intelectual a dicha primer resistencia anti-dictatorial. A los constitucionalistas Carlos Sánchez Viamonte, Emilio (Buby) Fisher, Hipólito Solari Yrigoyen, Carlos Merino y Julio César Cataldo por haber ejercido mi defensa judicial ante la Corte Suprema en los consecutivos habeas corpus y recursos de amparo por el derecho de aprender.
Asimismo, a mediados y fines de dicha década (1967-76) convivimos en diferentes, improvisadas y sucesivas tertulias un heterogéneo grupo humano que frecuentaba asiduamente el Archivo General de la Nación (AGN), y que por orden de aparición estuvo constituído entre muchos otros por Juan Carlos Garavaglia, Samuel Amaral, Francisco N. Juárez, María Amalia Duarte, Hugo Galmarini, Carlos A. Mayo, Enrique Tandeter, Silvia Mallo, y Edgardo Bilsky, los cordobeses Luis Rodolfo Frías y Edmundo Heredia; los norteamericanos Susan M. Socolow, Jerry W. Cooney, Lyman Johnson, Herbert S. Klein, Brooke Larson, Cynthia Little, James Saeger, George Reid Andrews, David Tamarin, Eugene Sofer, Judith Evans, Jonathan C. Brown, Judith Sweeney, Deborah Jakubs y Thomas Whigham; los paraguayos Roberto Quevedo y Ricardo Scavone Yegros; los brasileños Moniz Bandeira, Corcinho Medeiros Dos Santos y Fernando Novais; el hispano Nicolás Sánchez Albornoz; los franceses Thierry Saignes y Nathan Wachtel; los ingleses Peter Bakewell, David Rock y Daniel James; el partisano e historiador Ruggero Romano; el brigadista internacional y antropólogo John Murra (a quien personalmente llevé en 1974 a disertar en la Facultad de Filosofía y Letras); los bolivianos Silvia Rivera Cusicanqui, y Ramiro S. Paz Ballivián (quien por tener que trasladar el cuerpo del asesinado ex presidente de Bolivia Gral. Juan José Torres a México, debió interrumpir su investigación); al norteamericano Rolando Pérez, quien publicó una muy útil Guía de Archivos, editada conjuntamente con el abogado César García Belsunce; y al historiador miembro renunciante de la Academia Nacional de la Historia Roberto Marfany, quien desde los balcones del AGN aplaudía a la aviación insurgente el primer intento por derrocar el gobierno de María Estela Martínez de Perón (XII-1975).
Luego de haberse vuelto insoportable la vida política, en especial tras el desgraciado fracaso en concretarse la fórmula conciliadora Perón-Balbín (de cuyo fracaso no estaban exentos de culpa muchos correligionarios y supuestos revolucionarios), y tras haberse tornado también insostenible mi supervivencia en Buenos Aires, pues había sufrido una especial marginación de los claustros universitarios durante el interregno Cámporo-Isabelino (1974-1975), la “desaparición” de amigos y ex compañeros de infortunios (el matrimonio Teste, Carlos Capitman, Oscar Didio), y un traumático conato de secuestro al inicio del Proceso (V-1977) –frustrado merced a los alaridos de mi madre y a la intervención del vecino y finado Coronel Morelli a la sazón Jefe de Coordinación Federal (quien presumía venían por él)– que me hizo tomar conciencia, si quería salvar mi vida y el material documental hasta entonces acumulado, de la necesidad ineludible de alejarme del país interrumpiendo mis investigaciones y emprendiendo un segundo exilio en USA y México. Debo señalar que en aquella infausta oportunidad elevé por escrito al General Videla una carta denunciando el atentado sufrido, cuya copia con el sello de la Mesa de Entradas de Presidencia entregué en mano infructuosamente a Miguel Torres Duggan, brazo derecho de Bartolomé Mitre (renieto), y a Leopoldo Moreau, lugarteniente del General Teófilo Goyret, interventor de La Opinión . Y en el despacho del Secretario del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical le describí al Jefe de la custodia policial de Ricardo Balbín la catadura física de quienes irrumpieron en mi domicilio, quienes se dirigían entre sí con grados militares pero sin el consabido pronombre posesivo del “mi”. Esta descripción le hizo exclamar al propio jefe policial su asombro por la naturaleza lumpen de los reclutados para las tareas denominadas “sucias”.
De dicho segundo exilio debo agradecer a Susan M. Socolow haber gestionado mi beca en Washington University, y a mis profesores Evelyn Hu de Hart, Mark Burkholder y Pedro Celso Uchoa Cavalcanti, y en especial a Richard J. Walter por haberme instruido y asesorado con infinita paciencia en los comienzos de mi carrera académica en dicha universidad. También hago extensivo mis agradecimientos a los profesores Alvin Gouldner y Paul Piccone por haberme autorizado a escuchar sus cursos y seminarios; al filósofo y padrino de boda Harold Jordan, por haberme puesto en contacto con la American Civil Liberties Union (ACLU), y con la revista Denuncia (Nueva York), lugares y medios donde pude explayarme públicamente acerca de la naturaleza genocida de la dictadura argentina; y al poeta mestizo y veterano de Vietnam John Tieman, al crítico literario alemán Bernhard Zimmermann, a la artista mexicana Judith Guerra y al malogrado politólogo chileno Alberto Palma y Sra., por haber hecho más amigable nuestra estancia en St Louis, Missouri. Más luego, una vez en Madison (Wisconsin), debo agradecer a la etnohistoriadora Mary Crain, al humanista Richard Glotzer, al sociólogo rural David Kaimovitz, al psicólogo colombiano Octavio Henao, al Nica Sandinista Marvin Ortega, al historiador danés Asgar Simonsen, al bioquímico argentino Rodolfo A. Ugalde y señora, al historiador chileno Eduardo Cavieres y a la bibliotecaria Susan Vilbrandt, por haber hecho factible y familiar nuestra temporada en Wisconsin. También debo extender esta gratitud a mi suegra Maria Otilia Camicia de Mendilaharzu que nos ayudo en momentos críticos; al curita Colombiano que nos desposó; a Socorro, la inmigrante mexicana que me consiguió trabajo en una desmotadora de maíz; y al estudiante judío que pese a haberme escuchado hablar en público contra los bombardeos de Sabra y Chatila, me empleó en una empresa de regalos navideños, ambos cuando se me había vencido la beca y nos vimos compelidos mi mujer y yo a trabajar como obreros ilegales. Y una vez en México, a donde me trasladé por tierra merced a los buenos oficios de John Tieman, veterano de Vietnam, me reencontré con mis viejos amigos Guillermo José Salatino, Carlos Prego y Gregorio Selser, quienes me ayudaron a encontrar empleo. Y merced a la politóloga y compatriota Adriana Bianchi, de la Universidad de las Américas (Cholula), obtuve mi primer puesto docente.
Una vez restaurada las libertades democráticas en Argentina (1984) y habiendo retornado al país merced a la generosa ayuda del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), volví a frecuentar el Archivo General de la Nación, la sala de periódicos de la Biblioteca Nacional, la biblioteca del Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos (ISEDET) y el archivo de microfilms del Centro de Historia Familiar (CHF), perteneciente a la filial porteña de la Genealogical Society de Salt Lake City (Utah), ubicada en la sede de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Este último retorno al país me permitió verificar el colaboracionismo con la cadena burocrática represiva, o terrorismo de estado, desplegada por algunas instituciones claves de la cultura argentina (la Academia Nacional de la Historia , el Episcopado y los grandes medios de prensa [ La Nación , Clarín ]), así como la indiferencia moral para con los Desaparecidos por parte de algunos célebres “exilados”. Por otro lado, esta nueva incursión archivística me otorgó la oportunidad de continuar la investigación forzosamente interrumpida en 1977, esta vez para trabajar con documentación judicial, eclesiástica, presidencial y ministerial, y con fuentes periodísticas y electrónicas, razón por la cual tengo que mencionar al múltiple y heterogéneo grupo humano que compartió esta aventura intelectual, el cual se reunía en el AGN, el Instituto Ravignani, y el bar Salisbury, y estaba conformado por orden de aparición por Hugo Lamas, Silvia Palomeque, Carmen Sesto, Erich Poenitz, Carlos H. Waisman, Olga Bordi de Ragucci, Gastón Doucet, Juan Méndez Avellaneda, Héctor Noejovich, Carlos Rezzónico, Waldemar Roldán, Andrés Regalsky, Roberto Di Stefano, Leonardo Senkman, Ricardo Weinmann, Ana María Presta, Gregorio Caro Figueroa, Carlos Jáuregui Rueda, Mónica Adrian, Clara Brafman, Clara Byron, Daniel Campione, José Eizycovich, José O. Frigerio, Marta Bechis, Dedier Marquiegui, Oscar Chamosa, Rodolfo González Lebrero, Carlos Birocco, Mercedes Avellaneda, Gabriela Gresores y Tomás Platero, las malogradas Elena Revok y Marcela Nari, el hindú K. K. Roy, las tucumanas Diana Balmori y María Celia Bravo, el paraguayo Mario H. Pastore, los bolivianos Fernando Cajías y María Eugenia del Valle de Siles, los peruanos Luis Miguel Glave y José Antonio García Vera, el cubano José C. Moya, el francés Jean Piel, el inglés Rory Miller, el español Guillermo Mira, el colombiano Eduardo Pérez O., el canadiense David Sheinin, el holandés Hans Vogel, el italiano Loris Zanatta, los alemanes Ruprecht Poensgen y J. Meisner, y los norteamericanos Sandra McGee Deutsch, Donna Guy, Erick D. Langer, Robert McCaa, Kristine Ruggiero, Joan Ellen Supplee, John C. Chasteen, Barbara Ganson y Ward A. Stavig, entre muchísimos otros investigadores perdidos en el olvido.
Hago propicia la oportunidad para extender mi deuda de gratitud al Decano Normalizador Norberto Rodríguez Bustamante, por haberme asignado en 1984 la dirección del vacante Instituto de Historia Argentina “Dr. Emilio Ravignani”; al Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), por haberme incorporado a sus filas como Investigador de Carrera; a Mario Albornoz por haber impedido que las camarillas o redes de poder faccioso enquistadas en UBACYT me negaran un pequeño subsidio con el cual pude adquirir mi primera computadora XT; y a Joseph P. Sánchez y la Colonial Latin American Historical Review (CLAHR) por haberme depositado su confianza. A León Pomer por haberme instado a la lectura de Edgar Morin. A Daniel Santamaría por haber prestado su nombre para evitar que por motivos burocráticos me excluyeran del CONICET. A mis discípulos Lucía Gálvez de Tiscornia, Pablo Lacoste y Juan Luis Hernández, quienes me eligieron para colaborar con sus respectivas tesis académicas. A los colegas bolivianos René Arze Aguirre, Florencia Ballivián, Josep Barnadas y Gustavo Prado Robles; y a los chilenos Eduardo Cavieres, Armando De Ramón, Eduardo Devés, Leonardo León-Solís, Javier Pinedo, Sergio Villalobos, y el extinto Sergio Vergara Quiróz por la hospitalidad brindada en diversos eventos académicos organizados en Bolivia y Chile respectivamente. A Augusto Ramallo Antuñaco por haberme despertado con su indigenismo autóctono de la perplejidad eurocéntrica. Y al historiador de Oriente Antiguo Bernardo Gandulla, la astrónoma Beatriz García, el químico Rolando Quirós, el cuasi-biólogo Alex Méndez, y el sociólogo chaqueño Jorge Próspero Roze, con quienes participé en la Lista de Discusión electrónica Pol-Cien en una larga y hasta hoy frustrada campaña contra la camarilla, la exclusión y la discriminación en las universidades públicas argentinas, experimentadas a partir de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final (1987), agudizadas a posteriori del Pacto de Olivos (1994) y aún subsistentes diez años después (2004).
En este largo viaje de ida en la investigación y análisis en fuentes archivísticas, hemerográficas, bibliográficas, periodísticas y electrónicas, que se extendió incluso al análisis de la historia mundial (ver el World History Center de la Northeastern University), tuve finalmente que encarar un inevitable viaje de retorno y de síntesis o retrodicción. Para esta necesaria e ineludible experiencia de reintegración creativa o abducción Peirceana –que aconteció en medio de un brutal y prolongado proceso de regresión económico-social alimentado por un extenso arco de complicidad cultural y universitaria– debo extender mi gratitud a las conferencias organizadas por el Club del Progreso al haberme brindado la oportunidad de presentar alguno de mis trabajos. A los Seminarios y Conferencias de Historia de la Universidad Nacional de Mar del Plata (UNMdP) dirigido por el Dr. Carlos A. Mayo, de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), dirigido por Ricardo Salvatore, y de la Universidad Nacional de Luján (UNLu), dirigido por Susana Murphy, por haberme permitido participar con mis lecturas, críticas y ponencias. A la Fundación Centro Psicoanalítico Argentino y al filósofo y mitólogo Estéban Ierardo por haberme introducido al mundo de los mitos y de las mitologías griega y romana. A la psicoanalista tucumana Marta Gerez Ambertin por la conferencia que le escuché sobre la privación de archivo en el trauma de la conquista. Al novelista y ex copresidiario Carlos Tobal por haberme dado la oportunidad de conocer y dialogar con Raúl Sciarretta. Al etnohistoriador Guillermo Wilde por haber actualizado mis conocimientos antropológicos. Al politólogo Gastón Wright por haberme permitido frecuentar la bibliografía más reciente en ciencia política. A María Inés Rodríguez, quien aceptó brindar como lugar formal de trabajo el Museo Roca, actualmente bajo su dirección. A Eduardo Vega Cazenave, Norma Raimondo y Alex Méndez quienes apuntalaron mis conocimientos informáticos. Y a Susana Mase, por sus invalorables trabajos de traducción.
Una especial referencia debo hacer a la inestimable colaboración prestada por Federico Fernández Burzaco, y su firma Papyros Digitales, al haber tomado la ardua empresa de diseñar el sitio electrónico con toda mi obra incluida. Diseñar la estructura de este sitio web significó evaluar los contenidos de la obra completa. Un detallado análisis del peso y formato de cada archivo original, la localización de innumerables tablas, cuadros, apéndices, listados, gráficos e imágenes; la enhebración de numerosos vínculos internos y externos, que la integran al concierto historiográfico nacional y mundial; y la combinación de diversos formatos de archivos electrónicos con el fin de que la obra esté disponible en internet con una practicidad y agilidad adecuada a todos los navegantes.
También apoyaron y ayudaron en la construcción de esta obra: en el Archivo General de la Nación, desde los mismos comienzos de esta investigación a partir de 1966: los funcionarios y empleados Sara Bernard, María Olivan de Di Lauro, Concepción Santana de Horrisberger, Diana Borlenghi de Mira, Adriana del Agua de Huter, y María Marta Barrera, y luego de 1984 Esther González y Liliana Crespi. Quiero además recordar a la recepcionista Nélida Beatriz Gallardo y a los ordenanzas del Archivo que me ayudaron durante años a trasladar centenares y miles de legajos y protocolos entre quienes debo destacar a Sebastián Sánchez, Gregorio Leguizamón, Nicolás Cabrera, Armando D´Agostino, José Pascual Broña y el finado Pedro Aceto. En el Archivo de Geodesia del Ministerio de Obras Públicas en La Plata, a José María Prado y José Thiel, quienes durante años fueron fieles colaboradores de la investigación histórica. En la Universidad Torcuato Di Tella colaboraron desinteresadamente Mabel Villegas y Stella De Gregorio; en ICANA: Cecilia Holmsburg; en la Academia Nacional de la Historia: Violeta Antinarelli, Gabriel Lerman y Ariel Otero; en el Centro de Investigaciones Antropológicas y Filosóficas (CIAFIC): Marinela Noriega; en la Universidad de San Andres: Moira Guppy; en el CAICYT: Lilia Ottolenghi y Mónica Klibansky; en el Banco Central: Marta Gutiérrez de Platero; así como al personal del archivo de la Iglesia Mormónica, y a Luis y Alberto Lacueva de la librería Platero, Pablo Pazos de la librería Guadalquivir, y el staff de las librerias: Norte, Ghandi, Prometeo, y Paidós. Debo finalmente señalar que por la desidia e incuria de las actuales autoridades del Archivo General de la Nación (AGN) muchos de los protocolos notariales se han dañado en forma irreparable (aparentemente debido a un anegamiento), al extremo de habersélos retirado de la consulta sin explicación pública alguna.
Por último, debo destacar un recuerdo especial para mis abuelos Fernando Saguier y Agustín Isaías de Elía quienes con el padecer de sus respectivas adversidades y su inconcluso antagonismo político (Radical-Conservador) me inspiraron la vocación por la historia y me transmitieron a su vez una contradictoria deuda o mandato que lo interpreté como un deber de memoria y de transformación histórica, con el cual impedir la repetición de infaustos períodos históricos, y mediante el cual fuí elaborando una compleja identidad personal y un no menos conflictivo destino individual. A Natasha Rosenberg por haberme proveído de una valiosa Enciclopedia; a Tom Kelly, a Carlos Bossi y a Ricardo Bengolea por su generoso apoyo en los primeros años de mi investigación; a Héctor Cohan y Ezequiel Elía, libreros anticuarios (o de viejo) que en el pasado me brindaron su generoso apoyo; y a Dan Hazen, Ezequiel Raggio, José Fernández Vega, Horacio Ciafardini, Federico Urioste, Marcos Giménez Zapiola, Héctor Sandler, Juan José Rosenberg, Enrique Pugliese y el malogrado Jorge Sivak por haberme brindado sus desinteresados comentarios. Quiero reiterar una mención especial para con los sociólogos Patricio Biedma y Hugo Perret, y los abogados Jorge Horacio Teste y Mónica Schteingart de Teste, cruelmente “desaparecidos”, que en tiempos despiadados de nuestra historia alentaron esta obra. Finalmente, a mi madre por los sinsabores padecidos; y a mi mujer, María Cristina Mendilaharzu, por su constante, abnegado e incondicional apoyo durante todo el trayecto de este largo viaje de ida y de vuelta, sin el cual esta obra no habría culminado, ni tan siquiera habría tenido lugar.
Eduardo R. Saguier
Dictadura, Terrorismo de Estado y Neoliberalismo en la Destrucción de la Cultura Argentina (1966-2001)
Por Eduardo R. Saguier – UBA·CONICET
- Indice
- Capítulo I- Resistencia Radical a la Dictadura en Argentina (1966-68)
- Capítulo II- Complicidad de la Iglesia con la Dictadura (1966-67)
- Capítulo III- Colaboracionismo del Mundo Académico con el Proceso (1980)
- Capítulo IV- Justicia y Dictadura. Convivencia imposible y preludio del Cordobazo (1968)
- Capítulo V- Resistencia al Proceso desde el Exilio (1979-80)
- Capítulo VI- Resistencia al Neoliberalismo en la Ciencia Argentina (1989-95)
- Capítulo VII- Descomposición Moral en la Ciencia Argentina (1987-2006)
- Capítulo VIII- Corrupción en las Carreras Universitarias (1995-2004)
- Capítulo IX- Despotismo Burocrático en la Investigación Argentina
- Capítulo X- La Red Mafiosa en la Ciencia y la Universidad Argentina
- Capítulo XI- Fragmentación Urbano-Disciplinaria de la Educación Superior Argentina
- Capítulo XII- Defensa de la Memoria Histórica-Archivos en Argentina (1986-2006)
- Capítulo XIII – Conclusión-El Terror Enquistado en una Democracia de Baja Intensidad. Sus orígenes y consecuencias.
- Apéndices
- Tablas
- Bibliografía
AUDIOVISUAL–AUGE Y CAIDA DE LOS IMPERIOS AMERINDIOS E IBÉRICOS Y DE LAS NACIONES LATINOAMERICANAS. ECOCIDIO, ETNOCIDIO Y NARCO-POPULISMO.
Proyecto elevado al National Endowment for the Humanities (NEH), y a la Latin American Studies Association (LASA), con imágenes y sonido. November, 2014
Epistolario
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